sábado, 20 de junio de 2015

“D R A C U L I T O”OBSESIVO CON LA MALA PRAXIS MÉDICA.


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Dedicatoria:  
A vos 
ANDRESITO “Comics” 
 
Muy especialmente a la nurse “Vergas” que conduce un Mercedes Venzo. Al Cardiólogo V.V. “Espada” Los Intensivistas Sociedad Anónima. 
Miriam, que juega idólatramente al Dominó a la vez con el catalán Serrat y el indígena Tabaré. 
La infanta Emilia “II” porque la nieta “I” de la dulce “Ofelia” (a quien Hamlet y todos le solicitaban: “Señora ¿me permitís reposar la cabeza sobre vuestra falda” ) fue Grisel (la tanguera). 
San Carlos. Carlos I, Carlos II, Carlos III y Carlos Gervasio. 
Agradecimientos:  
A 
La musa madrina de este cuento: Ana María la Todopoderosa de la alta costura y el teatro polaco anticomunista, y a su unigénita Natalia, o Lía Nata de leche pura de exportación de la más ennoblecida calidad. 

ISBN: 978-9974-98-275-8 
© J. E. S. García 
Correo: malapraxis1989@gmail.com 
Registro de Derechos de autor: Ley no.9739 con el no. 623 Del Libro 32 el 11.10. 2010. 
Queda hecho el depósito que ordena la ley Impreso en Uruguay - 2011 Tradinco S.A. 
Minas 1367 - Montevideo. 
Queda prohibida la reproducción parcial o total de este libro, por medio de cualquier proceso reprográfico o fónico, especialmente por fotocopia, microfilme, offset o mimeógrafo o cualquier otro medio mecánico o electrónico, total o parcial del presente ejemplar, con o sin finalidad de lucro, sin la autorización del autor.




“A un gran infarto no hay recuerdo que no se asocie”
1Máxima hipocrática de los 5 Médicos que demandó Draculito. 
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PREFACIO
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“DRACULITO” OBSESIVO CON LA MALA PRAXIS MÉDICA 
Incautos leedores que malgastan bolsillo y dilapidan vidorria al ansiar sucumbir en “La Trampa” que cogen frente a sus ojos ¡Vaya “Estómagos”!. Se los manyan “Los buitres”.  
¡Agradezcan que se les avispó en tiempo!.... De antemano. Antes de... la mano. 
¡Fulminen y metamorfoseen...o reciclen.... ¡YA!.. los panfletos!  
¡O comiencen a chatear inmundicias! 
¡O deleitarse con pornografía virtual!.......... ¡O real! 
¡U oigan las notas musicales que los eleva a la locura virulenta de la estratosfera! 
Porque éste infectado cuentito...... ¡Es puro verso inflamado! 
 ¡“No te va a gustar”!  
Jamás existieron sus personajes. Y cualquier parecido con la realidad de los hechos o las personas reales es...  
¡Mera coincidencia y casual!. Somos..... ¡Buenos Muchachos! 
Leerán o advertirán fantasías, “cadáveres” . 
Utopías de las que nadie es culpable. 
Embaucamientos y alucinaciones que no les reportarán nada. No lograrán extraer de ésta guitarreada –ni estrujándola o pulverizándola- ningún lucro que les sea útil en cualquier sentido. Es una verdadera... ¡“Masacre”! 
Así que....... ¡ESTÁN ADVERTIDOS! 
PARA QUE NO SE COPEN CON..... LO CULTO.  
PARA....... ¡NO CAER EN EL CASCAJO COMÚN DE LA BANALIDAD! 
Sí confeso en la sacristía continúan...... O más execrable aún...... ¡llegan hasta el final del alfabeto!..... no cabrá duda que son tan mediocres como lo fue el “personaje virtual” de esta infiel y conquistada grafía. 
Quien les consagra por la guita que se hará merced a ustedes. 
Asimismo ofrece una galardón “sorpresa” al lambeta que le individualice 92 malos Médicos con sangre excomulgada que desfile velozmente por sus filones. 


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SE LEVANTA EL TELÓN DE...“GAZA”... SÉPTICA 
EN UN AMBIENTE AUSENTE DE ALCOHOL ETÍLICO RECTIFICADO MERODEA UN VIRUS PANDÉMICO 
¡¿ Que carajo le pasa a este pusilánime?! 
¡ Que malestar le aqueja! 
Su estómago se descompuso, se revolucionó.  
Los intensivos retorcijones lo obligaron a detener precipitadamente su automóvil.  
Para defecar, debió ingresar al baño del Liceo del que era docente, en Punta Gorda. 
Se mareó........ y se avergonzó por el largo tiempo que estuvo sentado en el water close. 
La descomunal descarga de materia fecal lo alivianó. 
En los siguientes días, pasó muy acalorado, aunque sin fiebre, y padeció sensaciones de desvanecimiento.  
Persistió su malestar estomacal, acompañado de sudores y jadeos inusuales. 
Todo se había iniciado el 15 de diciembre de l989. 
Por la noche, ante una sofocante atmósfera -seca y calurosa- abrió de par en par los dos ventanales de la buhardilla en que dormía.  
Lo hacía acompañado con muebles en desuso, dentaduras postizas, antiguas revistas y periódicos, pelucas, ropajes, sombreros y otros objetos antiguos que pertenecieran a muertos que no había conocido.  
Pero que idolatraba.  
Habían sido en vida, familiares de su esposa. 
En un sopor, se durmió hondamente. 
Despertó de súbito.  
Sofocado y exhausto, tuvo la sensación de asemejarse a un esqueleto en zozobra, inquieto y desosegado, con los huesos gélidos y crujientes. 
Una tétrica sinfonía de viento e intensa lluvia y relámpagos estruendosos, era acompasada por el vendaval del ramaje de árboles y arbustos que provenía del tupido, desechado y longevo jardín exterior de la antigua casona del “Prado” de Montevideo. 
Entonces la vio 
En uno de los ventanales estaba inmóvil - estática, rígida, petrificada- una negra, negruzca y difusa “silueta” que con atavíos negroides lo observada en siniestro silencio, imbuida en un ambiente lúgubre y asfixiante. 
¿Qué o quien será ?........ Se preguntó, al tiempo que la perplejidad lo avasalló. 
Al día siguiente, cuando conducía su vehículo por la ruta uno hacia Paso de la Arena, donde vivía su amigo, se le nublaba la visión y padeció un malestar general. 
Entonces concluyó:....... ¡Ta!....... ¡“Debe ser gripe”! 
Vio a su amigo correr al almacén del barrio, y luego prepararle un brebaje de hierbas, limón, té, yuyos y otras aderezas. Ésos remedios típicos que saben elaborar y con los que se familiarizan quienes se procrearon en el campo. 
¡Qué estrella! 
Tan solo debe ser un “enfriamiento” –se dijo-. 
Y los Médicos de Emergencia de su lujoso Sanatorio de la Capital... ¡Se lo confirmaron! 
Fue en dos oportunidades y en días diferentes, por la noche, ya que a esas horas a él le era más cómodo y en general no consultan muchos socios.  
Los facultativos disponen de mayor tiempo para examinar y atender al paciente prestándole una asistencia más esmerada, más diligente. 
Y, los “dos” Médicos –Doctor Patología Múltiple y la Doctora Dolores Inicio- le diagnosticaron primariamente..... “estado gripal”. 
Así que......... no cabía duda....... Era indubitable.  
Y el común de la gente “profana” –no médica- sabe como es el tratamiento de la gripe, sin perjuicio de las indicaciones que le dieron los galenos.  
Él las siguió y cumplió al pie de la letra. 
Pero aún así....... ¿Qué es lo que le pasa? 
¡Qué contrariedad!.......... ¡Qué desgracia! 
Continúa en mal estado.  
Cansado, fatigado, mareado, sudoroso y con malestares múltiples. 
¡A no! 
¡Va a joder de “noche” a otro Médico de Emergencia! 
¡Tendrán que ayudarlo! –se dijo-. 
Y así lo hizo. 
Le interrogó y luego examinó sus pupilas. 
¿Por qué lo hará?........ Se cuestionó. 
Ésta vez el galeno – Doctor Ero Clavado- dio en el clavo. 
¡La embocó! 
Enérgicamente, y con traslucida seguridad, le informó de otro diagnóstico, diferente al de sus antecesores: tenía “hepatitis”.  
Y fundamentaba su saber en el color amarillento de las pupilas. 
¡Por fin!..... Ya sabe el mal que en realidad le aflige –reflexionó satisfecho-.  
Y, se lamentó por el tiempo perdido para iniciar el tratamiento adecuado para la recuperación.  
Es más, de seguro, en el transcurso, había ingerido remedios o alimentos que eran contraproducentes para la misma, ya que perjudicarían el hígado ya afectado. 
El Médico le urgió absoluto reposo.  
Salvo, que en la mañana debía concurrir al Laboratorio del Sanatorio a practicarse análisis de sangre. 
Cumplió estrictamente las prescripciones del conocedor de la ciencia médica. 
Luego se metió en la cama.  
No se levantaba ni para orinar, ya que tenía un recipiente a mano. 
Ansiaba sanar prontamente, porque ya corría el mes de enero. El verano, en que normalmente tomaba vacaciones en un balneario ¡Sol y playa! 
La visita médica en su domicilio para que lo asistiera por su “Hepatitis virus A” el Doctor Macaca Naso. 
¡Abrí la puerta!...... Le gritó a su esposa.  
¡Que viene el Doctor!... de Medicina General de Radio a domicilio. 
¡Por fin llegó!  
Tenía que dar su parecer, examinar al paciente y ver los resultados de los análisis. 
¡Que simpático es! 
¡Qué amable y conversador! 
¡Y hasta platica sobre temas políticos! Ya que censuró al actual gobierno democrático.  
Elogió, en cambio, a los “militares” y al régimen cívico -militar. Él no estaba de acuerdo.  
Pero no lo contradijo, porque solo quería que el Médico lo atendiera lo mejor posible. 
Además....¡Que bueno está esto!...... ¡El Médico también fuma! 
Igual que él.  
Cada uno encendió un cigarro y dialogaron animadamente. 
Fue una agradable charla. Es un hombre encantador –se dijo-. Y..  
¡como debe saber! 
Desde ya se siente mejor........ Más aliviado. 
El Médico – de apellido “ Naso”- le expresó que:  
“De la hepatitis virus A nadie se muere”. 
¡Que alentador! 
Además...... dijo que era una hepatitis “benigna”. 
¡Así que había otra que era “maligna”!  
Se alegró por no tener ésa... la.. ¡mala! 
Tan solo –según el Médico- tiene que guardar absoluto reposo, hacer una estricta y balanceada dieta alimenticia, y esperar que desaparezca el color amarillo de la piel y la oscuridad del orín.  
Al mes, debe practicarse nuevos análisis de sangre y llamarle vía consulta médica a domicilio. 
¡Que considerado es éste Doctor!  
Ya que –además- le dejó su número de teléfono particular y –por adelantado- las recetas de los análisis de sangre a domicilio que treinta días después debían realizarse. Del tal forma que le ahorraba una consulta y facilitaba los trámites. 
¡Eso sí!...... Agregó y enfatizó “enérgicamente” el Doctor:  
¡Debe!....... tomar mucho mate.... ¡Mucho!  
¡Cuánto más mejor!  
¡Por lo menos tres litros por día! 
Eso va a ayudar para limpiar el organismo.  
¡Lo va a limpiar todo! 
¡Ah!..... ¿Esta Usted estresado? –continuó: “Tome psicofármacos, no hay problema”. 
“También puede fumar”.  
Así contestó a las dos preguntas del paciente. 
¡Grandioso!  
¡Bendito sea el Médico! 
Él pensó que iba a sanar rápidamente. 
Mira televisión, lee y descansa –se dijo-. 
El Médico salió de la lujosa mansión, sonriente y feliz. 
Él....... quedó radiante de dicha y optimista: dispuesto a un leve sacrificio. 
A los pocos días se asombró. 
¿¡Qué acontece!?...... ¿¡Qué le está sucediendo!?  
Se encontraba muy deprimido, el cuerpo todo de color amarillo y con un sarpullido que le picaba mucho.  
Pero esos síntomas referidos al color de la piel y del orín y la ictericia ya se los había augurado el buen Doctor. 
Empero, en el abdomen -concretamente sería en el hígado- sentía como una pesada piedra que lo hundía en su lecho muy dolorosamente. 
Sufría mucho....... mucho. Y tenía una inusual barba blanca.  
Abandono que era un síntoma de su depresión. 
Su esposa, solo concurría al cuarto cuando le llamaba con una “campanita” ya que la casona era muy grande. Y, cuando entraba –imitando al dentista que una vez tuvo que venir a atenderle- se ponía guantes y tapabocas. 
A él le parecía un poco exagerado.  
Pero....... en fin.... mejor que se cuide. 
En general estaba solo...... Salvo cuando su menor hijo y un compañero le daban masajes con talco para aliviar la picazón y el sarpullido que produce la “ictericia”.  
O sea los síntomas de la hepatitis cuando está en su plenitud: coloración amarillenta de la piel de todo el cuerpo. 
Un día se sintió con malestares estomacales, digestivos. 
Se decidió a llamar por teléfono al recto Doctor para que concurriera a examinarlo. 
Pero el Médico no lo consideró necesario: le dijo que bastaba que comprara un antiespasmódico en la Farmacia, sertal o dislembral. 
¡Que diligente es este Médico! –se dijo otra vez-: no consideró necesario hacerle “gastar” en una consulta a domicilio.  
E indicó el tratamiento, rápida y eficazmente, por... ¡vía telefónica! 
¡Ya está!...... Con eso de seguro se curaba. 
Y así continuó por unos días más. 
Siguiendo las órdenes del galeno tomaba mucho mate. Incluso más de tres litros por día. Y fumaba..... para calmar el estrés y la ansiedad de pronta sanación. 
Al comprobar que poco a poco desaparecía la ictericia y el oscuro del orín elogió la sabiduría del Médico.  
¡Que equivocado!.... estaba aquel colega Abogado - cuya esposa era Doctora- que por teléfono le pidió se cuidara mucho de la hepatitis, ya que podía enfermar gravemente, incluso morir.  
¡Que exagerado! 


ImagenEL REBELDE VIRUS VIRóSICO SE REGODEA. 
Pero........... Luego..... Tuvo un gran disgusto. 
Un entrañable amigo le estaba estafando: cobraba sus honorarios de Abogado y sustraía, para sí, un porcentaje mayor que el acordado. 
Fue a ver al enfermo.  
Éste aprovechó para increparle su mal proceder. 
Otro Médico: el de Urgencia a domicilio (Doctor Cristalino  
Solución) 
Al día siguiente, súbitamente, por la mañana, vomitó.  
Casi se desmaya y reapareció el color oscuro del orín, con una intensidad nunca vista. 
¡Otra vez!..... –se condenó-. 
¡No puede ser!............ ¡Esto es un calvario! 
¡Que venga el Médico de “Emergencia” a domicilio! 
Este Médico -cuyo nombre y apellido era Dr. “Cristalino Solución”- debe estar mal, loco o algo mamado: le esta recriminando, en voz alta y autoritariamente, que:  
¡Si toma mate y fuma no se va a curar jamás”! 
¡A no! 
Él, quiso ver a su Médico “de radio”: al simpático, sonriente y de buenos modales. 
Se practicó los análisis de sangre.  
Con el correr de los años sabría que se denominan “enzimograma hepático”. 
Cuando tuvo los resultados, que arrojaban un repentino aumento de los valores de las “transaminasas”, indicativo de un mal de hepatitis -valores más altos aún que cuando se hizo los primeros estudios- convocó a su considerado, amable y diligente Doctor. 
Y concurrió a su casa. 
Empero: ¿Qué le está diciendo? 
¿Qué le asegura, éste hombre de ciencia? 
¿Qué sospecha pueda tener un mal de mayor gravedad, que requiera intervención quirúrgica?.......... ¿Ser operado? 
¿Operado?....... ¿De qué y porqué?.... Él Médico..... no lo sabe 
Pero, es muy calificado: le otorga pase para que lo asista en domicilio un “Especialista” Gastroenterólogo.  
A la vez que le informa que él –por su parte- va a tomar licencia. 
Luego, en los días subsiguientes le sobreviene un estrés mayor aún.  
Y la angustia, la desesperación, la total alteración física y emocional.  
Así que le envía una nota a su ex compañera, expresándole que al “morir” estaría pensando en ella. 
¡Ta!...... Si es que la hepatitis se cura con reposo y dieta.... Él decide –por su cuenta- alimentarse lo menos posible por 10 días. 
Solo con caldo y gelatina.  
Y seguir las indicaciones del Médico de “Emergencia” Dr. Solución.  
¡Ni tomar mate ni fumar!  
¡Nada de eso!..... ¡Hay que sanar y urgente! 
¡Pero!..... ¡Que débil se siente! 
Y se nota delgado y demacrado.  
Empero.... ése debe ser el precio de la pronta cura.  
No importa en absoluto. 
Lo asiste en domicilio una Médica “Especialista” Gastroenteróloga (Doctora Eliacula Repique) ¡Que alegría y consuelo! 
Ve llegar a la “Especialista Gastroenteróloga”. 
Ella si sabe...... no cabe duda: es..... “especialista”.  
Gordita y seria, examina los resultados de los análisis de sangre de diciembre 88 y fines de enero del 89. Lee -en especial- el valor de las “transaminasas” (ése valor sube cuando se tiene hepatitis –lo supo mucho después–). Y oye el relato de su paciente. 
Sin titubear, asegura, que la enfermedad de hepatitis sufrió un “repique”.  
Y se lo explica al enfermo: que repentinamente hizo una involución, un retroceso en el proceso normal de cura.  
Que una vez que iba cediendo, de súbito, la sintomatología reapareció con mayor intensidad. 
Y prescribió - otra vez- dieta alimenticia balanceada y reposo absoluto.  
Agregó que: 
 ¡Es absolutamente “contraproducente” la ingesta de mate y fumar por ser sustancias ”tóxicas”! –así las calificó– 
Él entendió: tóxicas para el hígado. 
Y cumplió........... ¡Vaya si acató las prescripciones médicas coincidentes con las del anterior, ése... Emergente... Doctor Cristalino Solución! 
Que alegría sintió, dentro de su profundo disgusto, malestares y onda depresión. 
Esa “depresión” lo impulsó a llamar a la Escribana Clara Premonicia que extendió su primer testamento. 
Segunda visita médica de otra “Especialista Gastroentoróloga” (Dra. Iguana Lito) 
Quince días después concurrió otra Especialista “Gastroenteróloga” que diagnosticó la enfermedad e indicó el tratamiento en términos idénticos a la anterior 
Agregando, que la cura evolucionaba favorablemente. 
Se avecinaba el fin de la agonía....... del sufrimiento. 
Estaba en manos de dos “especialistas” que opinaban de idéntica forma.  
Gracias a “El Salvador” ninguna de ellas mencionó un mal de mayor gravedad ni una eventual operación. 
Quizás, aquél Médico que sospechó eso estaba algo desorientado por la inminencia de su licencia. 
Aún así......... ya iban dos meses de tratamiento y reposo. 
El repique..... ¿A causa de qué? 
¿Acaso del estrés, el mate y el tabaco? 
¡De ninguna manera!  
Debe haber sido por “cosas del destino”, ya que el paciente había consultado médico y cumplido sus instrucciones punto por punto. 
Visita del tercer “Especialista Gastroenteólogo” (Doctor culo Prisita) que le da el alta por hepatitis A. 
Van casi tres meses.  
Él se siente débil, sin fuerzas físicas y se ve delgado en extremo. 
No interesa. Sólo le importa poder recuperarse, salir, levantarse, trabajar, etc. 
¡Que suaves modales y qué trato afable le otorga el tercer “Especialista Gastroenterólogo” que lo visita! 
¡Y que agradables noticias le da..... examinando los últimos análisis!  
Que tiene el alta para quince días después. 
¡Alta por hepatitis que duró tres meses! 
¡Bravo!........ ¡Aleluya! 
Luego del alta –le dice- puede reintegrarse a su vida habitual.  
Incluso, puede Usted culminar la recuperación en su casa del Balneario 
Ya que él le preguntó eso.  
Hasta le autorizó - luego del alta- a conducir su auto hasta la ciudad de Pelotas en Brasil, siempre que se detenga a descansar, de vez en cuando.  
¡Y nada más!  
Absolutamente nada más le dijo......... ¡Eso fue todo! 
¡Sobresaltos y estallidos de júbilo! ¡Claro que se fue a Solymar! 
Empero:..... ¡Que mierda pasa! 
No podía....... ni levantarse... ni siquiera incorporarse.  
Carecía de fuerzas físicas. 
¡Ha!...... Pero deben ser cosas propias de la recuperación –pensó–.  
El Especialista – Dr. De Prisita- le dio el alta..... Así que:  
¡Arriba el ánimo!  
A esforzarse y saldrá adelante. 
Ayudado por su compañera, poco a poco, fue recuperando, algo de energía física. 
Cuando vino a verle su madre, estaba muy deprimido. Hasta sollozaba. 
Los Médicos saben muy bien la “depresión” que queda como secuela de la hepatitis.  
En un acto, el excelso Dr. Crottogini, se la atribuyó al General del Pueblo Líber Seregni, por renunciar a la presidencia del Frente Amplio. 
Hubo otro “General”(1) que inició la era del Generalato. Otro..... de quien poco o nada se comenta al presente. El General Oscar Gestido que intentó formar el primer gobierno progresista. Nombrando a Alba Roballo como Ministra de Cultura, a Zelmar Michelini de Trabajo y a Amílcar Vasconcellos de Hacienda –Economía-.  
Y al último le dio por romper relaciones con el FMI.  
¡Bastó!  
Vino de EEUU el embajador uruguayo Luisi y terminó el “intento”.  
El paciente dejó anotado en un libro de estudio: “hoy es 9 de octubre de 1967. Hay paro general. Medidas Prontas de Seguridad decretadas por el General Gestido. Renuncian 4 Ministros. Y llueve...” Oscar falleció de un infarto a los pocos meses.  
Y el actor-cantante argentino Juan José Camero aseguró, que esta enfermedad –la hepatitis- le cambió la vida y perspectivas futuras.  

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